Hoy es 11 DE NOVIEMBRE DE 2025. A veces me descubro queriendo correr más rápido que mi propia vida, como si lo que deseo estuviera siempre unos pasos por delante. Pero cuando leo esta reflexión, siento que me devuelve al ritmo natural de las cosas, a esa cadencia tranquila que he olvidado más veces de las que admito. La paciencia no es pasividad, es un pacto silencioso con el tiempo para no desgastarme mientras todo encuentra su lugar.
Y entonces recuerdo cuántas veces, al forzar lo que no estaba listo, solo conseguí retrasarlo. La vida tiene un pulso propio, y cuando trato de adelantarla, me pierdo la serenidad que tanto busco. Esperar con calma, sin ansiedad, es un ejercicio que todavía me cuesta, pero del que cada día aprendo un poco más.
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