Hoy es 03 DE JULIO DE 2025. Cada vez que me detengo a agradecer, descubro que el mundo cambia sin que nada fuera haya cambiado realmente. La gratitud transforma mi forma de mirar, me devuelve a lo esencial, me reconcilia con el presente. No es una fórmula mágica, es una práctica: sencilla, poderosa y profundamente humana. Y en los días en los que todo parece desordenado, el simple acto de dar gracias se convierte en un refugio.
No es que todo lo que me rodea sea perfecto. Pero cuando agradezco, lo poco se vuelve suficiente, y lo suficiente se vuelve abundante. La gratitud me recuerda que tengo un cuerpo que respira, personas que me quieren, oportunidades para aprender y crecer. Cuando reconozco lo que ya tengo, aparece la paz. No como un estado definitivo, sino como un lugar al que siempre puedo regresar.
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