Hoy es 21 DE ENERO DE 2025, el vigesimoprimer día del año. Hoy, al detenerme a observar un árbol en el parque, comprendí algo profundo: la naturaleza no tiene prisa, pero todo se cumple en su tiempo. Esa quietud que aparenta simpleza guarda las respuestas que muchas veces busco en lugares equivocados. Escuchar el murmullo del viento, el sonido del agua o el crujir de las hojas me conecta con algo más grande que yo, un ciclo perfecto que me recuerda que también formo parte de él.
A menudo, me descubro queriendo controlar cada aspecto de mi vida, como si solo así pudiera asegurarme de que todo saldrá bien. Pero la naturaleza me enseña otra cosa: que hay momentos para sembrar, para esperar y para cosechar. En ese equilibrio está la lección que necesito aprender.
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