Hoy es 17 DE OCTUBRE DE 2025. He comprendido que el ruido más fuerte no siempre viene del exterior, sino de mis propios pensamientos. A veces, me pierdo en la prisa, en las exigencias, en esa necesidad constante de llenar los silencios. Pero la verdadera serenidad llega cuando aprendo a soltar lo que no necesito y me permito respirar sin culpa. En la sencillez de un momento tranquilo, en el sonido del viento o en una conversación sin prisas, descubro la esencia de la paz.
La simplicidad no significa tener menos, sino valorar más. Cuando dejo de complicar lo cotidiano, mi mente se aclara y mi corazón se aligera. La serenidad no se busca fuera, se cultiva dentro, entre los pequeños gestos y los silencios elegidos. He aprendido que cuando reduzco el ruido —externo y emocional— encuentro la calma que siempre estuvo ahí, esperándome.
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