Hoy es 23 DE MAYO DE 2025. A veces creo que buscamos la felicidad en metas grandes, en logros que parecen titánicos. Pero, con el paso del tiempo, he aprendido que los momentos que realmente me llenan no tienen que ver con el éxito ni con la perfección, sino con las personas. Una conversación a tiempo, una risa compartida, un silencio que no incomoda… todo eso me recuerda que no estoy solo y que hay vínculos que valen más que cualquier trofeo.
He comprobado que cuando comparto lo que siento, cuando me abro con autenticidad y escucho con presencia, la vida se expande. La felicidad no se acumula, se contagia. Y al conectar, al permitir que los demás me vean de verdad y al verlos yo también, algo profundo cambia. Mi alegría crece, no por lo que tengo, sino por lo que comparto.
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