Hoy es 21 DE JUNIO DE 2025. A veces me sorprendo enfocándome en lo que me falta, como si la carencia definiera mi vida. Pero cuando respiro hondo y observo con honestidad, me doy cuenta de todo lo que tengo: personas que me quieren, instantes de calma, incluso lecciones que han llegado envueltas en dolor. La gratitud no necesita grandes gestos, solo una mirada nueva. Basta con detenerme un instante y decir “gracias” sin adornos.
Y es ahí donde ocurre la magia. Mi percepción se suaviza, las exigencias internas bajan el volumen, y algo dentro de mí se recoloca. Lo que parecía pequeño se vuelve significativo. Lo que dolía, empieza a sanar. Agradecer no es una obligación moral, es una manera de reconectar con la belleza que sigue viva en medio del caos. Hoy decido apreciar lo que hay, tal como es.
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